Cómo afecta la arquitectura e interiorismo de tu casa a tu salud

Decorar es más que crear ambientes a la moda. Eligiendo las formas y colores, influye sobre el cerebro de los habitantes e invitados. Puedes hacer que se sientan más seguros y relajados, o estimularlos para explotar toda su creatividad.

La decoración de un hogar no solo es importante para la organización del espacio y la luz, sino que, además, puede afectar a tu salud.

  • La forma y la altura de la estancia 

La altura de los techos también condiciona el cerebro. Lo que ya se conoce como neuroarquitectura ha demostrado que las dimensiones de los espacios de una casa afectan a la respuesta de nuestro cerebro. Las estancias con formas orgánicas y redondeadas aportan tranquilidad. Por el contrario, los ángulos muy pronunciados envían al cerebro un mensaje de amenaza. Los techos altos favorecen la creatividad, mientras que los techos bajos dan paz ayudando a la relajación y la concentración.

  • La iluminación 

Hay que procurar organizar el espacio para dejar pasar la luz natural, ya que estimula la producción de serotonina y endorfinas, o en su defecto, contar con una buena iluminación artificial.

Una mala iluminación no sólo afecta a nuestra visión sino también a nuestro estado de ánimo. Con una buena luz aumentan los niveles de energía, mientras que una iluminación deficiente contribuye a la depresión y a otras deficiencias en el cuerpo.

  • Los colores

Hay que tener presente cuál es el objetivo de cada habitación y utilizar los colores correspondientes. En el salón, o la parte del hogar para compartir momentos con amigos y familiares, es preferible optar por tonos cálidos y dejar los colores fríos para el dormitorio.

Los tonos cálidos como el rojo y el naranja favorecen la sensación de alegría y dinamismo, pero si los llevas al extremo, pueden provocar agresividad y sensación de opresión

Los colores fríos como el verde, el azul y el malva transmiten serenidad, tranquilidad y relajación. Son ideales para dar más amplitud a espacios pequeños y para fomentar la creatividad, pero si los usamos en exceso, la habitación puede adquirir un carácter impersonal y deprimente.

  • Mantener el orden, limpieza y ventilación

Hay que deshacerse deshacernos de todo lo que no nos sirve y establecer un orden riguroso con todos los objetos que van a permanecer en nuestro hogar. Un espacio organizado genera eficiencia y disminuye el estrés. El orden, la limpieza y la ventilación son imprescindibles para una distribución armoniosa. 

  • Incluir naturaleza

Incluir plantas y flores en casa aporta vida, calidez y le dan un toque de frescura al espacio. Disminuyen el estrés, aumentan la productividad y la concentración y mejoran la calidad del aire.